Ellos provienen del Archipiélago Juan Fernández, conocido también como Isla de Robinson Crusoe, que posee el tesoro natural de su ecosistema único en el planeta, con la flora de la isla, que deja a sus visitantes sin palabras.
Este Archipiélago está constituido por cimas de montañas sumergidas en el Océano Pacífico.
Las islas se encuentran a 670 Kms. del continente. Dicen que sus antepasados fueron guiados por las bandadas de cisnes de cuello negro. Cuando los antepasados vinieron, la Patagonia era solo hielo y nieve.
Dicen también que aquí encontraron los mismos animales que conocían en sus islas de origen: pájaros, peces, animales terrestres: guanacos, liebres, zorros; patos, flamencos, chingolos, chorlos y cóndores, por eso los antepasados no se sintieron solos en estas montañas del Sur.
En este nuevo territorio los atacaron Kókeshke (el frío) y Shie (la nieve), ayudados por el hielo y por Máip (el viento asesino), pero ellos los auyentaron encendiendo altas hogueras.
Cuentan que los antepasados sabían cazar animales con el arco y la flecha. En esta nueva tierra el ascenso del mar no les robaba espacio; la tierra era amplia. Aprendieron a moverse con las estaciones, se familiarizaron con las fieras y reordenaron la vida. Aprendieron secretos para la caza; a diferenciar las huellas de los animales, a seguirles el rastro y a ponerles el señuelo; a fabricar las armas y a encender el fuego. También a fabricar abrigados quillangos, a preparar el cuero para los toldos, hasta dejarlo liso e impermeable... y tantas, tantas otras cosas.
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