Los ascetas son precisos, concentrados, serenamente centrados, ansiosos de servir e incansables en toda tarea, llamados a descansar solo por otros.
Son de voluntad firme, gentiles en intelecto, se apresuran a ayudar de forma alegre y jovial. Todo deseo que poseen es para el bienestar de otros. Sí, este grupo es el núcleo de la espiritualidad y lo ha sido por eones: mil millones de años.
Para facilitar sus vidas en lugar de separarse de su familia y del mundo llevaron a sus parejas a un lugar aislado para poder vivir en el espíritu de amor.
Ellos nunca permiten que estudios intelectuales o intereses materiales nublen su vida interna. Ellos son ante todo gente limpia, honesta, frontal, sincera, amable, humilde, y luego, en segundo lugar, educadores, eruditos o artesanos.
Esta gente, conociendo la ley del karma, aceptan como su propio karma todo lo que les llega. Ellos perdonan en su mente y corazón las ofensas, pero exteriormente sólo luego de que los transgresores se disculpen sinceramente.
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