sábado, 4 de abril de 2009

El hogar Chehuache-Kenk

La parcialidad Chehuache-Kenk se encuentra al Oeste de Chubut, Río Negro y Sur de Neuquén.
A 15 kms. de Bariloche - Prov. de Río Negro, Argentina-, existe un antiguo volcán con tres cavernas que fueron hogar, taller y cementerio de comunidades Chehuache-Kenk hasta hace 400 años. El lugar se llama Cerro Leones.
Las morenas glaciarias rodean el lago Nahuel Huapi (Lago de los Pumas) por el Este, dominado por el negro promontorio volcánico de Telque Malal, en cuyas cavernas solían dormir “leones”, como se llama al puma americano.
Visto desde abajo, el Cerro Leones parece una fortaleza medieval con escarpadas paredes de piedra sobresaliendo en la planicie esteparia, con 325 metros de altura.
En su origen el cerro fue un volcán que estalló en un infierno de lava, pero no solamente a través de su cráter sino también por los costados, formando cavernas originadas de burbujas magmáticas que canalizaban los gases tóxicos. Tres son las cuevas que fueron morada de los Tehuelches:
1. La primera de las cuevas está conformada por dos salas oscuras. En esta caverna de 15 metros de profundidad sus habitantes tenían una temperatura más o menos estable durante todo el año, oscilando entre los 10 y 12º C, por más que afuera estuviese todo nevado. En algún momento llegaron a vivir aquí entre 40 y 50 personas y el suelo estaba alfombrado con cuero de animales.
A la salida de la caverna hay un área de grandes piedras usada como taller indígena al aire libre, donde unos picadores de piedra servían para afilar el sílice y la obsidiana, con los que hacían puntas de flecha y de lanza. Las otras actividades que se realizaban en ese taller al aire libre eran las de curtiembre, para las que usaban raspadores con que le quitaban la grasa a los cueros.
2. La segunda caverna está ubicada unos metros más adelante. Se hallaron ahí elementos de cocina, pipas de arcilla, cucharas de madera, morteros y unas pinturas rupestres bastante borrosas cuyas guardas geométricas todavía se pueden ver.
3. La tercera caverna que se visita es la mayor. Como su entrada es muy grande no fue habitada porque era fría e insegura ante el ataque de las fieras, pero seguramente servía como lugar ceremonial. Hay 130 metros hacia las profundidades, hasta un muy angosto túnel de 3 m. por donde apenas se puede pasar. Del otro lado se abre una nueva sala con oscuridad absoluta al final de la que hay una lagunita. Unos buzos se sumergieron en ella hasta el origen de ese manantial en las napas subterráneas y encontraron otro pequeño túnel sumergido en el cual se internaron para descubrir del otro lado una sala más.

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